Poco después de la muerte del profeta Mahoma, una lucha por el poder dividió al pueblo y condujo al ascenso de un tirano despótico.
Hussain fue testigo del declive moral de su sociedad tras la muerte de su abuelo. Una serie de guerras civiles habían fracturado la nación y allanado el camino para que los líderes opresores dejaran de tener el control.
Posteriormente, un hombre llamado Yazid adquirió todo el poder. Yazid era considerado un narcisista corrupto que quería gobernar con puño de hierro. Para dar legitimidad a su propio gobierno, Yazid exigió la lealtad de Hussain, amenazándolo con su vida.
Hussain se negó. Hussain sabía que si daba su lealtad a un hombre como Yazid no habría vuelta atrás para su sociedad. En un poderoso sermón, dijo: "No me levanté por la causa de la maldad, la diversión, la corrupción o la opresión, sino que me levanté para reformar la nación de mi abuelo. Quiero promover la virtud y evitar el vicio".